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20 de octubre de 2023

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Deberías consumir vitamina K y te contamos por qué

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La mayoría de las personas tienen conocimiento de para qué sirven y dónde encontrar la vitamina C o la vitamina D, aunque el mismo nivel de comprensión no se aplica a otros micronutrientes, como la vitamina K. Sin embargo, las funciones de la vitamina K son igualmente cruciales en comparación con sus contrapartes, como las vitaminas C, D o E. Por lo tanto, resulta fundamental entender por qué la vitamina K es necesaria y cuáles alimentos la contienen.

Características de una vitamina frecuentemente pasada por alto

El profesor de Neurociencias y Nutrición Clínica en ICNS Instituto de Posgrado, Alfonso Bordallo, ofrece una definición concisa de la vitamina K. Este micronutriente se refiere en realidad a varias sustancias químicas estructuralmente relacionadas, que pueden ser de origen natural o sintético. Las dos formas naturales principales de vitamina K son la vitamina K1 (filoquinona), que se encuentra en varios vegetales de hojas verdes, y la vitamina K2 o menaquinona, presente en ciertos productos animales como carnes, huevos, algunos productos lácteos y alimentos fermentados. Además, existen subtipos de esta vitamina, siendo los más estudiados la vitamina K2-MK4 y la vitamina K2-MK7.


¿Por qué necesitamos vitamina K?

Sin menospreciar la importancia de otros nutrientes, es fundamental reconocer que la vitamina K desempeña un papel crucial en la coagulación sanguínea, un proceso de vital importancia. Esta vitamina es esencial para que el hígado produzca cuatro factores de coagulación fundamentales, denominados factores K-dependientes, según explica el doctor Álvaro Campillo, profesor de medicina en la UCAM y director del Máster de Nutrición Clínica y Endocrinología en ICNS Instituto de Posgrado. La vitamina K es necesaria para mantener el control principal de la hemorragia. Además, tiene un rol secundario en la salud ósea al colaborar con la vitamina D en la fijación del calcio en los huesos.

Pero, ¿Cuánta vitamina K necesita nuestro organismo diariamente para que estas funciones se lleven a cabo correctamente?, Según Campillo, la ingesta diaria adecuada en adultos oscila entre 90-120 mcg/día, mientras que en niños varía entre 30 mcg/día en menores de 4 años y 55 mcg en niños mayores.

Fuentes de vitamina K

Es relativamente sencillo obtener la cantidad diaria necesaria de vitamina K a través de una dieta equilibrada y diversificada, ya que esta vitamina se encuentra en alimentos de origen tanto vegetal como animal. Los vegetales de hojas verdes, como las crucíferas, espinacas y lechugas, así como los aceites vegetales y la soja, son ricos en vitamina K. En cuanto a los alimentos de origen animal, los huevos, quesos y carnes son fuentes de esta vitamina. Es importante destacar que la absorción de la vitamina K no depende de la presencia de otros nutrientes en la dieta, sino de una adecuada secreción de bilis por parte del hígado, ya que es una vitamina liposoluble que requiere bilis para su emulsión y absorción.

Riesgos de no alcanzar la cantidad recomendada

Si los niveles de vitamina K no cumplen con los requisitos recomendados, se corre el riesgo de enfrentar situaciones preocupantes. Un déficit de vitamina K puede hacer que la sangre sea más fluida y que la coagulación sea anormal, lo que aumenta el riesgo de hemorragias en caso de lesiones o heridas. El profesor de la UCAM, Álvaro Campillo, identifica dos grupos de patologías relacionadas con la deficiencia de vitamina K: aquellas en las que la absorción intestinal está comprometida (como enfermedades inflamatorias intestinales o parásitos) y aquellas en las que hay alteraciones en la producción de bilis o bloqueos en su llegada al intestino (como colangitis aguda, obstrucciones de la vía biliar o cánceres de la cabeza del páncreas).


Posibles beneficios de la suplementación

Aunque las deficiencias de vitamina K son raras, en algunos casos, la suplementación de esta vitamina podría ser beneficiosa. Por ejemplo, podría ser útil para la salud ósea de mujeres en la menopausia. Además, algunas personas podrían beneficiarse a nivel cardiometabólico de la suplementación con vitamina K1. Estudios mendelianos han demostrado una relación entre los niveles circulantes de K1 y un menor riesgo de diabetes tipo 2. Sin embargo, se requieren estudios de intervención a largo plazo con poblaciones específicas para obtener conclusiones más sólidas.

No hay riesgo de sobrevitaminación

Álvaro Campillo enfatiza que el exceso de vitamina K (hipervitaminosis) es prácticamente imposible de alcanzar solo a través de la alimentación. Para llegar a esta situación, se necesitaría ingerir dosis extremadamente altas y crónicas de suplementos de vitamina K, lo que podría resultar en anemia hemolítica, ictericia y fallo hepático como principales consecuencias.

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